Gratificante la experiencia de haber sido uno de los moderadores en las consultas regionales para el Objetivo de Desarrollo Sostenible 1 (ODS1), que establece el compromiso de poner fin a la pobreza en República Dominicana para 2030. En estos espacios, técnicos, académicos y comunitarios debatieron sobre las características de la pobreza en sus provincias y las herramientas más efectivas para erradicarla.
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Consulta para regiones Valdelsia, El Valle y Enriquillo. Realizada en Azua el 12 de septiembre 2018.

De acuerdo al IPM-RD (2016), las principales carencias de los dominicanos en condición de pobreza son: bajos ingresos, desempleo, insuficiente acceso a la protección social, insuficiente acceso a educación de calidad y vivienda precaria.

Otras privaciones de alto impacto son: falta de cuidado infantil, mortalidad infantil, trabajo infantil y falta de combustible para cocinar. También la falta de documentación y el embarazo adolescente, son dos agravantes que profundizan aún más la situación de pobreza.

Las mesas de trabajo se llevaron a cabo en Azua para las provincias del Sur, en La Romana para las del Este, en Santiago para las del Cibao y en el Distrito Nacional para el Gran Santo Domingo. Estas jornadas fueron organizadas por la Vicepresidencia de la República, el Grupo de Consultoría Pareto y el PNUD.

Les invito a ver la entrevista que me realizaran Rafael Toribio y Ana Mitila Lora en UNO+UNO, Teleantillas Canal 2, a propósito del ensayo que pondremos en circulación este martes 26 de julio, titulado: «La Búsqueda del Mérito en Burocracias Clientelistas Centroamericanas».

(Aclaración: por respeto a los que sí son escritores, les pido dispensen al canal por la imprecisión, pues no soy escritor ni vivo de escribir.)

A finales de mayo 2015 estuve en Puerto Príncipe, en un Seminario Internacional sobre los sistemas de protección social, organizado por la Comisión Económica Para América Latina y El Caribe (CEPAL) y el Ministerio de Asuntos Sociales y de TrabajoPresentación Andiel protección social en Haití, de Haití.

Me tocó exponer sobre la experiencia y desafíos del sistema dominicano de protección social, y la estrategia de reducción de la pobreza que se lleva a cabo desde el Gabinete de Políticas Sociales, que coordina la Sra. Vicepresidenta de la República.

A pesar de ser un foro de alto nivel, me la jugué e hice la exposición de 15 minutos totalmente en francés, consciente de que en español me hubiese sentido bastante más cómodo, evidentemente. Pero valió la pena, pues me ganó el interés de la audiencia, compuesta esencialmente por funcionarios y activistas sociales haitianos.

Valoraron muy bien la ponencia y mostraron mucho interés en aprender de la experiencia dominicana, lo que nos permitirá articular acciones posteriores de cooperación técnica.

Sin dudas que hablarles su idioma, e interactuar directamente, sin traductores, permite conectar más, y les inspira algo más de respeto hacia un representante del gobierno dominicano.

La experiencia me hizo reflexionar sobre los pocos incentivos que tenemos los servidores públicos dominicanos para dominar el francés, y más aún, el creole.

Bien le haría a nuestro funcionariado asumir como política dominar al menos el francés, el inglés, u otros idiomas que nos permitan conectarnos con personas, conocimiento e informaciones relevantes para la defensa de nuestros intereses estratégicos, y que no necesariamente están en español.

Por Andiel Galván

En los Estados Unidos por los 1930, en tiempos del “Nuevo Trato” (New Deal), nacen los primeros trabajos de análisis de políticas públicas, según los expertos Daniel Kubler y Jacques de Maillard. Ante la Gran Depresión que afectaba a Estados Unidos, el presidente Franklin D. Roosevelt aplicó un programa de medidas que reafirmó el intervencionismo del Estado en la vida de la sociedad estadounidense. Es el contexto en que más adelante, por los 60s, se crearon centros de investigación, doctorados, manuales y grupos de investigación preocupados por sistematizar y descifrar la acción gubernamental.

La escuela de gobierno John F. Kennedy, fundada en 1963, es por excelencia el centro de postgrado e investigación en Asuntos Públicos de la Universidad de Harvard. Sus programas insignia son el Máster en Administración Pública (MPA) y el Máster en Políticas Públicas (MPP). También ofrece postgrados y Doctorados en Gobierno, Desarrollo Internacional, Política Social, Economía Política y áreas relacionadas. Algunos egresados prominentes son: Felipe Calderón, expresidente de México (2006-2012); José María Figueres, expresidente de Costa Rica (1994-1998); Ban Ki-moon, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), entre otros de una larga lista.

En contraposición al modelo clásico-centralizador de estados europeos administrativistas, como Francia y Alemania, la HKS representa un sistema más abierto en el que universidades privadas y otras estructuras alimentan la oferta de formación en asuntos públicos. Si bien el criterio del mérito es el principal determinante para entrar a ser admitido en Harvard, los costos de matrícula y manutención exorbitantes establecen un filtro para quienes no provienen de familias adineradas ni lograron conseguir becas completas, y que tampoco están en condiciones de tomar préstamos educativos por esos montos. En este esquema de configuración de la élite gobernante también se inscriben los ingleses, con el peso social que todavía tiene ser “Oxbridge graduate”, como se le conoce a los egresados de las universidades de Oxford y Cambridge.

Programa Harvard-México. Una experiencia de cooperación académica aleccionadora es la que se dio entre el Centro de Desarrollo Internacional de Harvard y la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas (EGAP) del Instituto Tecnológico de Monterrey (ITESM). En el marco de este acuerdo, de 2003 a 2012, cientos de estudiantes y profesores participaron en programas conjuntos de formación e investigación. También se ofrecieron programas de educación continua para funcionarios del Gobierno mexicano y otros líderes públicos. Los docentes y recursos académicos de la HKS fueron fundamentales para el éxito del programa.

El Caribehttp://www.elcaribe.com.do/2014/03/13/escuela-gobierno-harvard-hks

Por Andiel Galván 

Al superar en 1945 la ocupación alemana en Francia en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Charles de Gaulle se abocó a un proceso de reforma del Estado. Se imponía revisar el funcionamiento de la Administración Pública, cuyos métodos y objetivos se habían un tanto distorsionado bajo el régimen colaboracionista de Vichy. El reto de los reformadores fue mejorar la eficiencia, fortalecer la coordinación y superar la politización de la burocracia, que pasaba porque los servidores públicos restablecieran la lealtad al Estado, no al gobierno ni partido de turno.

La Escuela Nacional de Administración (ENA) nació para democratizar el acceso a la alta función pública en el Estado francés. Antes, cada ministerio realizaba sus propios concursos de oposición para reclutar los cuadros que requerían, pero se sentía que faltaba homogeneidad en la aplicación de los principios de mérito y a veces transparencia. La ENA centralizó los concursos que cada año seleccionan entre 80 y 100 ciudadanos franceses, más unas decenas de extranjeros que se benefician de la formación. También ofrecen programas de maestría y formación continua en Asuntos Públicos abiertos al público.

El presidente de la República, François Hollande, encabeza la lista de egresados de la ENA que han alcanzado la jefatura del Estado, que también integran los expresidentes Jacques Chirac (1995-2007) y Valéry Giscard d’Estaing (1974-1981). Otros “enarcas” son los ex primeros ministros: Dominique de Villepin, Lionel Jospin, Alain Juppé, Édouard Balladur, Michel Rocard, Laurent Fabius y Jacques Chirac. Del gabinete actual figuran los ministros Fabius (Relaciones Exteriores), Pierre Moscovici (Economía y Finanzas), Michel Sapin (Trabajo) y Fleur Pellerin (Pymes e Innovación). Además de encontrarse distribuidos en el espectro partidario y ser parte sustancial de la clase política francesa, entre sus egresados también los hay líderes empresariales, de organismos internacionales e intelectuales.

La ENA ayudó a consolidar el vínculo entre mérito académico y acceso a la alta gestión estatal. Esta institución, dentro de sus esfuerzos de cooperación internacional, ha contribuido a la creación de capacidades de profesionales dominicanos mediante postgrados en coordinación con el Ministerio de Administración Pública y universidades privadas. Pero además del aporte de las maestrías aisladas de la ENA, que no se enmarcan necesariamente en un sistema de mérito, el Estado dominicano tiene el reto de crear su propia Escuela de Gobierno, y que el ingreso a ésta sea la principal vía de entrada para la próxima generación de altos funcionarios dominicanos.

El Caribe. http://www.elcaribe.com.do/2014/03/06/escuela-nacional-administracion-ena