Archivos para Democracia

Por Andiel Galván

En su 40 aniversario, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tiene motivos para celebrar éxitos cosechados. Los triunfos electorales a todos los niveles demuestran su real vocación de poder. Esto enorgullece a su militancia, de la cual un servidor forma parte. Es desde la dirección del Estado que se está más cerca de completar la obra de los trinitarios y restauradores.Sin embargo, las funciones de un partido moderno sobrepasan la búsqueda de votos. Se añaden también las de movilizar ciudadanos hacia la participación, velar por la formación del personal político, agregar demandas que surgen en la sociedad y trazar políticas públicas. Es por eso que cuatro décadas después de su fundación se precisa un esfuerzo serio de autocrítica y de reflexión sobre los desafíos de este partido para orientar a la sociedad dominicana hacia el desarrollo.

Relataba en una entrevista el dirigente del comité central Gedeón Santos el dilema en que se vieron los diputados peledeístas al asumir sus curules en el Parlamento Centroamericano (Parlacen), pues no sabían si sentarse en la derecha o en la izquierda en el hemiciclo. Al final, por la confusión, cuenta que se ubicaron en el centro. Pero realmente qué significa el centro. De acuerdo al historiador español Miguel Argaya “el centro político es la nada, es una postura política escéptica que considera benéfico mantener una moderada equidistancia entre derecha e izquierda. Las fuerzas políticas que practican el centrismo reducen al mínimo o la nada los principios y valores que defienden, para lograr captar votos como sea”.

Algunos retos de esta organización son relanzar el sistema de educación política a todas las escalas, perfeccionar la democracia interna, promover la rendición de cuentas de los miembros y aplicar la disciplina interna a los miembros cuyas actuaciones en el Estado riñan con los principios estatutarios. Igual, estimular la participación de mujeres y jóvenes, propiciar la discusión de temas de actualidad a lo interno de la organización y aportar de manera institucional al debate de políticas públicas.

Más que una revisión ideológica, el PLD está llamado a acercarse a su pueblo. Que por aquello de que allí donde esté tu tesoro, esté tu corazón, que sea el presupuesto nacional el que refleje las prioridades de las administraciones moradas. Y que sea el uso responsable del poder acumulado el que demuestre el compromiso de corregir las injusticias del sistema económico y de fortalecer la institucionalidad democrática.

Por Andiel Galván

Del informe Latinobarómetro 2013 preocupa que la indiferencia de los dominicanos alcanzara el nivel más alto desde 2004, ya que sumaron 18% los encuestados a quienes les “da lo mismo” un gobierno democrático como uno autoritario. Pero la variable que más interesa es la relación entre comida y democracia, que indica que 24% de los latinoamericanos dijeron que no tuvieron suficiente comida para alimentarse en 2013, mientras un 35% de la región se quedó sin dinero para comprar alimentos.

República Dominicana lidera en ambos renglones, según el estudio realizado en 18 países de América Latina. El 52% de los encuestados dominicanos afirmó que en el año que pasó fue frecuente no tener suficiente comida para alimentarse con su familia. Más preocupante el 68% que confesó que en igual periodo su familia tuvo dificultades y se quedó sin dinero para comprar alimentos. En la clasificación al país le siguen Honduras, Nicaragua y Guatemala, que por demás cuentan con los mayores niveles de desigualdad de ingreso en la región.

La variable “ingreso subjetivo” compara el salario de un individuo con las necesidades que tiene y la posibilidad de satisfacerlas, no con lo que representa en moneda. Sólo el 31%  de los dominicanos considera que los ingresos de su familia alcanzan para cubrir sus necesidades y ahorrar, así el país ocupa el alarmante último lugar. Y si bien el Índice Global del Hambre 2013 declaró a República Dominicana en una situación moderada, hay que recordar que todavía en 2011 figuraba como la cuarta población que más pasaba hambre en la región.

“Es una leyenda calumniosa la de que el campesino dominicano es un hombre haragán. Lejos de eso, […] ha podido ser comprobado que realiza el doble de trabajo que los labriegos extranjeros. Y esto es tanto más admirable cuanto que, en la generalidad de los casos, está pésimamente alimentado.” José Ramón López, 1915, en “La Paz en la República Dominicana”.

Tampoco se trata de explicar el estadio de desarrollo nacional en función de las “cucharas atrasadas” del dominicano, como el notable ensayista López pudo sugerir en el siglo pasado, pero sí de analizar lo que revelan las dificultades para alimentarse que todavía padecen dominicanos. Son consecuencias de las desigualdades que prevalecen en el sistema social que sólo con la intervención del Estado se corrigen.

El Caribe. http://www.elcaribe.com.do/2013/12/12/comida-democracia

Por Andiel Galván

En 2013 por primera vez República Dominicana ascendió al grupo de países latinoamericanos de “bajo desarrollo democrático”. Ocupa el lugar 15 entre los 18 analizados en el Índice de Desarrollo Democrático de América Latina (IDD-AL) 2013, que cada año elabora la fundación alemana Konrad Adenauer, con la colaboración de la firma argentina Polilat. Mientras en promedio el desarrollo democrático en la región se deterioró ligeramente, el país mejoró su puntuación con respecto al año anterior.

Llama la atención que de 2003 a 2012, el país se mantuvo entre las naciones con “mínimo desarrollo democrático”, y presentaba una tendencia gradual al deterioro en los informes anuales. Pero en 2013 la curva se revirtió, y República Dominicana pasó a formar parte del grupo que conforman Estados con un desarrollo democrático superior, como El Salvador, Colombia, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Honduras.

La dimensión que mostró mayores avances en 2013, con respecto a 2012, es la del respeto de los derechos políticos y libertades civiles, con un 17%. Ésta mide las condiciones para que el ciudadano ejerza sus derechos y libertades. También mejoró en la calidad institucional y el grado de eficiencia política, que toma en cuenta la percepción de la corrupción y rendición de cuentas de las autoridades.

El país además mejoró el aspecto de la inclusión de sectores sociales marginados y la eliminación de la pobreza, pero permanece en el último lugar frente a las demás naciones. Pese a que el informe reconoce los progresos en ese sentido de la gestión de Danilo Medina, afirma que el bajo puntaje de este indicador es “expresión del alto déficit en desarrollo social” que padece la nación. En cuanto al renglón que evalúa desarrollo económico, distribución de las riquezas y endeudamiento, figura como el país que presenta mayor deterioro en 2013.

Si bien el informe 2013 puede ser valorado como favorable para el país, tampoco debe ser motivo de celebración, pues el área en que se sacó peor nota se relaciona directamente con el bienestar de la gente. Se espera que el aumento significativo de la inversión social que inició con el presupuesto de 2013, se manifieste en la calidad de vida de las y los dominicanos.

Por Andiel Galván
Bosch para acá, Bosch para allá. Bosch para insinuar pulcritud y frugalidad. Hasta quien desea concluir con decoro un discurso, evoca su memoria, y al menos por ello recibe los aplausos. Pero qué difícil ha sido emular su obra, sobre todo, desde el poder.

25 de septiembre de 1963, Juan Emilio Bosch Gaviño fue derrocado por fuerzas siniestras criollas y extranjeras. Esas que todavía se oponen al desarrollo espiritual del pueblo, a la consolidación del Estado de derecho, a la justa distribución de las riquezas entre los dominicanos.

Pablo Neruda, otro mártir de un golpe en septiembre, pero del de Allende en 1973, escribió: “Corre por los caminos la noticia, Santo Domingo sale del infierno, por fin elige un presidente puro: es Juan Bosch que regresa del destierro. /Pero no les conviene un hombre honrado a los gorilas ni a los usureros. /Decretaron un golpe en Nueva York: lo echan abajo con cualquier pretexto, lo destierran con su Constitución, instalan a cualquier sepulturero en el trono del mando y del castigo. /Y los verdugos vuelven a sus puestos.” Versainograma a Santo Domingo, 1966.

Que le faltó ser complaciente con el poder; que debió cortar cabezas de disidentes; que su mayor error fue no pactar con el diablo, en nombre de la santa gobernabilidad: no hay forma de saberlo. Lo que sí se puede es juzgar cómo sus discípulos políticos han puesto en práctica sus enseñanzas. Si han ido al Estado a servir y no a servirse, si han condenado el enriquecimiento ilícito, la actitud que han tenido frente a los “tutumpotes”, y las acciones a favor de los “hijos de machepa”.

50 años después, vale reflexionar si el Profesor no merece algo más que ser utilizado para bautizar obras de infraestructura, como la nota solemne de un discurso, o como amuleto de la suerte. Si bien los tiempos han cambiado, la patria sigue al acecho de los traidores de siempre. Por eso, en este momento histórico que vive la sociedad dominicana, un mensaje brota del pensamiento y obra de Bosch: la política no es un negocio.

Por Andiel Galván

Hay déficit de democracia en República Dominicana. El apoyo de la población a esta forma de gobierno se ha reducido de 78% en 2006 a 70% en 2012, según el Barómetro de las Américas. En cambio hay superávit de autoritarismo. Y no es sorpresa para nadie. Se sabe que esta sociedad no está formando demócratas.

El mal aprendizaje comienza en el hogar patriarcal y se intensifica al llegar a la escuela. Se manifiesta en el aula, cuando la profesora reprime a quienes la contradicen. En la universidad, cuando no se garantizan elecciones en igualdad de condiciones para los candidatos de las asociaciones de estudiantes, profesores o empleados.

Se propicia desde lo interno de los partidos políticos. Escuelas de formación que no ofrecen un programa mínimo de educación democrática a sus militantes, sin importar la edad. Dirigentes que se eternizan en los altos organismos de decisión. Reservas excesivas de candidaturas para puestos electivos, por encima de la voluntad popular.

Ni hablar de organizaciones de la sociedad civil, cuyos líderes no ceden espacio para que otros asuman, y que por tanto, alimentan esta lista de prácticas antidemocráticas. Hasta en la cúpula de importantes organismos internacionales acreditados en el país se ha vulnerado el derecho a diferir de alguno que otro libre pensador.

También se promueve desde el Estado, con la forma arbitraria de ingreso de un ciudadano a la Administración; con la violación del principio de libre competencia en las compras y contrataciones; con la discrecionalidad en la asignación de los salarios de los empleados públicos.

Pero es más preocupante si toca la libertad de expresión. Si se hace costumbre lanzar imputaciones personales contra periodistas y ciudadanos que disienten sobre temas de interés general. Al decir lo que se piensa hay que respetar el derecho ajeno, pero sin olvidar que la Constitución consagra como un deber fundamental del ciudadano contribuir al fortalecimiento y calidad de la democracia.

Que viva el derecho a disentir y la convivencia democrática. Como dijo Voltaire, gran defensor de la tolerancia y las ideas de la Ilustración: “No comparto lo que dices, pero defenderé hasta la muerte tu derecho a decirlo”.

El Caribe: http://www.elcaribe.com.do/2013/08/22/por-derecho-disentir-esta-democracia